La propiedad se asienta sobre una parcela urbana de 283 m² y suma 590 m² construidos distribuidos en planta baja y dos plantas piso. Aproximadamente 200 m² corresponden a la vivienda principal, mientras que unos 390 m² se reparten entre antiguas cuadras, almacenes y dependencias anexas pendientes de rehabilitación. La orientación sur favorece una buena entrada de luz natural en las estancias principales, mientras que la volumetría del conjunto responde a la arquitectura tradicional del Empordà.
La propiedad dispone de un amplio patio interior en planta baja (77 m²), con entrada directa desde la calle y espacio para el aparcamiento de un vehículo. Este patio actúa como pieza central de la vivienda, aportando luz y ventilación natural y sirviendo de acceso a las antiguas cuadras y almacenes, que conservan muros de piedra y grandes volúmenes con alto potencial de transformación. En la planta primera, una terraza añade un espacio exterior directamente vinculado a la zona habitable.
La vivienda se organiza en tres niveles conectados por escalera interior, siguiendo la tipología clásica de casa de pueblo. En planta baja se sitúan los accesos desde dos calles, el salón con chimenea de obra, la cocina independiente tipo galería, un dormitorio, un baño completo, una habitación multiusos y el patio. La primera planta alberga un dormitorio adicional, un baño completo y estancias de paso, mientras que la planta superior acoge dos dormitorios más y un distribuidor, completando un total de cuatro dormitorios y dos baños.
La casa conserva numerosos elementos propios de su origen, como paredes de piedra, techos con vigas de madera y pavimentos tradicionales de toba catalana e hidráulico recuperado, combinados con gres y porcelánico en las zonas reformadas. Dispone de calefacción por radiadores, chimenea en el salón y descalcificador de agua. La cocina está equipada y los baños cuentan con duchas de obra y acabados contemporáneos, manteniendo una convivencia equilibrada entre lo original y lo actualizado.
Ubicada en el núcleo medieval consolidado de Palau-Sator, la vivienda disfruta de un entorno tranquilo y bien conservado, con acceso rodado, aparcamiento cubierto dentro de la finca y una trama urbana de calles estrechas y edificaciones tradicionales propia de los pueblos del Baix Empordà. Su situación permite un acceso cómodo a servicios, pueblos del entorno y a las playas de la comarca. El volumen construido permite plantear la segregación en dos viviendas independientes.
Una propiedad con una base arquitectónica sólida, elementos constructivos con carácter y una parte significativa del conjunto pendiente de rehabilitación. Una casa de pueblo pensada para quien valora la ubicación, la autenticidad de los materiales y la posibilidad de adaptar el espacio a un proyecto personal. Llámenos para solicitar más información o concertar una visita.
Peratallada y Sant Feliu de Boada: 5-6 minutos en coche (3 km)
Pals: 10 minutos en coche (7,1 km)
Torroella de Montgrí y Begur: 13-15 minutos (10,5-13,2 km)
Playas del Racó (Pals) y Sa Riera: 16-18 minutos (11,4- 12,5 km)
Palafrugell: 18 minutos (14,8 km)
Playas de Aiguablava y Sa Tuna: 24-26 minutos (17,4-18,3 km)
Playas de Tamariu, Llafranc y Calella Palafrugell: 26-27 minutos (16,2-20 km)
Girona y aeropuerto: 43-45 minutos (38-49 km)
Barcelona y aeropuerto: 1 hora 28 minutos - 1 hora 41 minutos (128-149 km)
Frontera con Francia: 56 minutos (65,7 km)
